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domingo, 13 de abril de 2014

Un recorrido por el Convento de la Virgen de la Nube de Azogues -Reportaje.

Turismo Religioso
Reportaje


El Santuario de la Virgen de la Nube


La población  acude con fervor al Santuario de la Virgen de la Nube





En Azogues, capital de la provincia del Cañar, ubicada en el austro ecuatoriano, el Convento de la Virgen de la Nube es uno de los santuarios religiosos más importantes del Ecuador.Hacer un recorrido por este lugar lleno de historia protagonizada por laboriosos frailes franciscanos del siglo pasado, resulta ser una experiencia maravillosa y reconfortante.




Los domingos los feligreses ingresan al patio interior


Decidí escribir sobre la historia del Santuario Franciscano, el cual  se erige sobre la Loma de El Calvario, elevación difícilmente accesible en el siglo XVIII. Frailes novicios debían subir a la loma para llegar hasta el antiguo santuario, para ello tenían que caminar sobre el  fangoso camino empinado, era toda una Odisea. El agotamiento mental antes que el físico traicionaba a los hermanos menores.


Un día cualquiera
 Hoy  miércoles, es la segunda vez que vuelvo al santuario  para entrevistar a fray, Víctor Hugo González San Martín, guardián del  Convento Franciscano y Santuario de la Virgen de la Nube. El religioso, de mirada fija estatura mediana y contextura gruesa, tiene 62 años de edad pero aparenta tener solo 45 a 48 años. Recibiré  información adicional para  terminar de redactar el reportaje sobre la historia del  Convento y Santuario de la Virgen de la Nube de Azogues. Además, una oportunidad para conocer en persona  el cuadro de la Virgen de la Nube que data del año 1692 y se encuentra celosamente guardado en una habitación especial. 
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Caminar la escalinata al Santuario equivale a subir 9 pisos
 Hoy  miércoles, es la segunda vez que vuelvo al santuario  para entrevistar al párroco franciscano y Guardián,  Víctor Hugo González San Martin,  del  Convento y Santuario de la Virgen de la Nube. El religioso, de mirada fija estatura mediana y contextura gruesa, tiene 62 años de edad pero aparenta tener solo 45 a 48 años. Recibiré  información adicional para  terminar de redactar el reportaje sobre la historia del  Convento y Santuario de la Virgen de la Nube de Azogues. Además, una oportunidad para conocer en persona  el cuadro de la Virgen de la Nube que data del año 1692 y se encuentra celosamente 
guardado en una habitación especial.

Cuando cae el sol la penumbra realza los rasgos de la arquitectura


Un camino tedioso como lo fue siglos atrás

Para llegar al santuario, saliendo del Parque Central se camina cerca de 8 cuadras. El convento tiene tres entradas: una calle por  ambos lados, izquierda y derecha, y otra en la parte frontal  que comunica la calle 4 de Noviembre con la escalinata que lleva  hasta las puertas principales del convento.Decidí subir por  la entrada frontal, cuya escalinata es tan larga como el camino al cielo, y para averiguar cuántos escalones tiene decidí contarlos uno por uno.. 

Escalar este lado, es agotador, sin embargo, mientras uno va subiendo, se puede ir apreciando el hermoso paisaje que se extiende a lo largo de todo el horizonte, que por el general se nuestra con un manto celeste por la mañanas, y  atardeceres dibujados con nubes de mil formas resplandecientes de color ligeramente naranja y amarillo.



Fray Víctor Hugo González, ex guardián del Santuario señala el lugar de donde trajeron las piedras
Sobre ese horizonte descansan grandes  montañas  como el cerro Cojitambo que esconde los secretos de la cultura cañari inca que construyeron en  sus faldas un complejo arqueológico que  por caprichos del tiempo y de la intemperie  hoy solo quedan ruinas.  Al otro extremo impone su presencia  el cerro Abuga, en cuya cúspide permanece  el monumento de la Virgen de la Nube que mira a la ciudad y a sus habitantes como una madre cuida a su pequeño hijo.
Desde los balcones del Santuario se puede observar  toda Azogues


 

Luego de algunos minutos de caminata, y con la respiración algo agitada pude llegar al Convento. En esta travesía conté 196 escalones, equivalentes a 9,3 pisos de un edificio. Sin perder un minuto más, entré a la sala de espera para descansar y esperar la llegada del padre Víctor Hugo. Supe que él es el Guardián nº 34 del Santuario Franciscano, y este año cumple su segundo  periodo. El primero lo inició el 2000 hasta el año 2003.
Recordé que en esta misma sala, dos días atrás  me presenté a la primera cita con el padre Víctor Hugo con una hora de retraso.  Cuando el párroco y Guardián Víctor Hugo apareció  aquel día ante mí  vi su rostro con el ceño fruncido, le saludé rápidamente y luego me disculpé por  mi tardanza anterior  y hablamos sobre el tema de la entrevista.



Mientras caminábamos hacia el patio del convento  recordé que en la sala había una vitrina cubierta de libros de catecismo y temas religiosos, entre velas delgadas y gordas, las  imágenes de San Francisco y de la Virgen de la Nube., rosarios y cruces de Cristo. Una mujer de 40 años tomaba los pedidos de compras  de las señoras, “una vela, un rosario y un catecismo para la misa del domingo”. 
El libro sobre al historia del Santuario Franciscano se vende aquí
Llegamos  hasta la sala de charlas. Ingresamos y él se sentó al costado de una gran imagen de yeso de Cristo crucificado, y yo coloqué mi cámara de video sobre un pequeño muro de la habitación, luego cogí una silla y me senté frente a él. Le pedí que me contara la historia del Santuario Franciscano y del cuadro de la Virgen de la Nube. Empezó a hablar,  su voz gruesa creció con fuerza con un eco que resonaba en toda  la sala:

--Esta historia comienza hace ciento dos años, y tiene dos cosas importantes que resaltar: Primero, que el padre Julio María Matovelle que había sido diputado de Cuenca hizo la proeza de traer hasta Azogues un cuadro donde había sido plasmado el milagro de la aparición de  la Virgen en el cielo de Quito. Y segundo, que aquellos días fueron muy importantes para la congregación franciscana que había empezado a resurgir--me contestó
Época en que el Santuario tenia estructura de barro

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Feligreses mujeres descansan sobre los pies del Santuario





Entonces, juntó las manos mientras elevó la mirada al techo y continuó --Haciendo una revisión de la historia franciscana en el libro “Un Siglo de Fe y Prodigios” se puede leer que esta crisis y decadencia de nuestros hermanos franciscanos había empezado en el año 1744 cuando los frailes franciscanos tuvieron que abandonar el Jardín del Austro, posteriormente, en 1779 sus similares de Azogues hicieron lo mismo. El motivo: Los franciscanos dejaron las doctrinas por tensiones entre los cleros secular y regular.

--Prosiguió diciendo--Pero como no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista, en el año 1850 el padre franciscano José Manuel Plaza, VII Obispo de Cuenca fundó la Vicaría Foránea de Azogues. 

Luego en el año 1896 el escultor cuencano Daniel Salvador Alvarado talló la imagen de la Virgen de la Nube, basado en el cuadro del pintor español Tomás Povedano, inspirado en la aparición de la Virgen en Quito. 

La imagen tallada de la Virgen de la Nube había sido encargada por el padre Julio María Matovelle, quien más tarde se encargó de trasladar ambas obras hasta una capilla de Azogues. Hasta el  8 de diciembre del año 1912 cuando las dos obras fueron trasladas finalmente hasta el Santuario de la Virgen de la Nube.


Fray Víctor Hugo, sentado se mostró sereno y tratando de ser preciso y sin redundar. Como todo franciscano, vestía con sencillez y humildad, valores inculcados por la filosofía de San Francisco de Asís que siempre brindó testimonio de pobreza y penitencia.

Todos los domingos los frailes realizan el scto de la confesión a fieles católicos
Contó que la vida de los frailes en aquellos primeros días del Convento de la Virgen de la Nube, era muy tormentosos. Las fuertes lluvias creaban mucho lodo en las subidas a la loma, y se pegaban totalmente en las sandalias de los franciscanos novicios lo cual les impedía caminar. El esfuerzo de rescatar los pies secuestrados por el  lodo les provocaba mucho cansancio. En realidad, los hermanos menores no se percataron  que escalar las cumbres borrascosas de la loma El Calvario era el primer suplicio por el que tenían que pasar antes de las penitencias que habrían de afrontar en el antiguo convento franciscano de aquella época.

Fray Víctor Hugo, sentado se mostró sereno y tratando de ser preciso y sin redundar. Como todo franciscano, vestía con sencillez y humildad, valores inculcados por la filosofía de San Francisco de Asís que siempre brindó testimonio de pobreza y penitencia.



En los días de fiestas del Santuario los fieles acuden en masa
Contó que la vida de los frailes en aquellos primeros días del Convento de la Virgen de la Nube, era muy tormentosos. Las fuertes lluvias creaban mucho lodo en las subidas a la loma, y se pegaban totalmente en las sandalias de los franciscanos novicios lo cual les impedía caminar. El esfuerzo de rescatar los pies secuestrados por el  lodo les provocaba mucho cansancio. En realidad, los hermanos menores no se percataron  que escalar las cumbres borrascosas de la loma El Calvario era el primer suplicio por el que tenían que pasar antes de las penitencias que habrían de afrontar en el antiguo convento franciscano de aquella época.

¿Qué puede pasar y ser peor a este  padecimiento del tener que subir en medio de un mar de lodo?  Pensaban, y  se armaban de valor pensando que las penitencias que les esperaban en el convento iban a ser menores.  Sin embargo, la desilusión se apoderó de los novicios cuando comprobaron que en el convento que más tarde sería el Santuario de la Virgen del Rocío era un internado donde se exigía al máximo la aplicación de las penitencias. Fue así como muchos de ellos renunciaron al voto que habían elegido. Estos sucesos dieron como origen una fama no revelada a voces en toda la comunidad franciscana que hizo que el convento que llegara a denominarse como “El Penal deI Iguígoras".



Parte baja del Oleo de la Virgen de la Nube, feligreses de Quito ven a la virgen en el cielo
¿Cómo nace la devoción a virgen?

-La devoción nace en Quito, por el año 1696, el señor obispo se enferma y la virgen sale a una procesión y entonces, la gente rezaba  y luego ven sorprendidos que en el cielo apareció una nube muy hermosa, con la imagen de la virgen. Allí es cuando ocurre este milagro y  la reproducen en un cuadro. Aquí es cuando se ve la mano de Dios. Luego este cuadro es llevado a una capillita de Azogues. Inspirados por este milagro, los franciscanos comienzan a llegar a esta ciudad.

Los 1 de enero y 31 de mayo son días de la Virgen de la Nube
La población luego de conocer la historia le entrega toda su devoción a la imagen pintada, pero aumenta cuando traen la imagen tallada, y aumento increíblemente. Es tanto el cariño que le tienen que le empiezan a poner diferentes nombres: "La Ojona", "La Virgen de Piel Blanca" o "madrecita" como la llamamos nosotros.

¿Llevan algún registro sobre los milagros de la Virgen?


-Sí, hay un librito que se llama "Un Siglo de Fe y Prodigios". Allí se pudo registrar los milagros de quienes fueron afectados por accidentes de tránsito, inundaciones o de las parejas de esposos que no podían tener hijos. Están también las experiencias de  personas que viajan al extranjero. En casi todas las columnas y pilares del convento que rodean el patio principal están pegadas las placas de agradecimientos de quienes recibieron milagros.

Un paseo por las catacumbas y  radio “Santa María”



Antigua estructura del Santuario
Conversamos de la importancia que tiene el turismo en el desarrollo de un pueblo. Por ese motivo me dijo que tenía interés en dar algún tipo de servicio a los turistas extranjeros, como los hacen  los frailes del Convento Franciscano de Quito. Que el turismo al ser considerada una "fábrica sin chimeneas" se convierte en una gran oportunidad de progreso. Aseguró que en el Convento de Quito los turistas nunca paraban de llegar y la atención era de lunes a sábados.  


Al final de la misa feligreses retornan a sus quehaceres diarios 
Me  invitó a conocer las Catacumbas o cementerio del convento donde se encontraban difuntos franciscanos que habían vivido muchos años en esta casa religiosa franciscana. Vimos los bloques recién construidos de cemento y lo antiguos hechos de materiales de la época. Aunque el lugar estaba limpio, los mosquitos volaron hacía mi para darme la bienvenida, ellas salía de las flores de las coronas.  Tras un corto recorrido salimos del lugar y caminando pocos metros ingresamos a  la Radio “Santa María" y me dijo  que era la radio de los franciscanos. Emisora muy conocida en Azogues por los programas religiosos y sobre todo por aquellos dedicada a brindar consejos a quienes viven momentos difíciles.

Azogues es un pueblo muy religioso
Estando en la radio le solicité mostrarme  el cuadro original de la Virgen de la Nube, pintado por el artista español en Quito. Salimos y caminamos de regreso al patio central estuvo sonriente y me pidió pasar al patio y  allí me senté  en una de las bancas al pie de unas  escaleras que conducen al segundo piso. Hablamos acerca de los placas recordatorias  pegadas a lo largo de las filas de los pilares que habían sido colocadas por personas y familias en agradecimiento a la Virgen de la Nube por haberles realizado un milagro. Subió en búsqueda de las llaves de la habitación  donde se encontraba guardado el lienzo de la Virgen de la Nube. Mientras esperaba me invadió una paz infinita que me hizo sentir que en todo el convento reinaba una calma total. La tranquilidad del lugar me arrastraba a no pensar nada. Sumido en esa nada sentí una paz completa pero no sentí mi cuerpo solo estaba mi mente, o la presencia de ella.
Al escuchar pasos que bajaban por la escalera del segundo piso abrí los ojos y por fin sentí mi cuerpo que estaba totalmente relajado. Me paré lentamente mientras fray Víctor Hugo apareció ante mi. Me llevó hasta la habitación donde se encuentra el cuadro de la Virgen de la Nube. El abrió la puerta, y vimos que todo estaba oscuro y  por un instante me imaginé que respiraríamos aquel olor a guardado que percibimos cuanto guardamos cosas en un lugar que solo abrimos de año en año.   

"Aquí apareció la Viregen" señala fray Víctor Hugo Gonza´lez
Sin embargo,  sucedió todo lo contrario, pues de allí se desprendió un a aroma de flores, mezclado con un aire fresco que no pude distinguir de donde brotaba. como aquel que es propio de  un jardín. El entró y encendió las luces, entonces vimos el lienzo, allí estaba pegado al costado izquierdo de la pared. Era grande, quizá más de un metro y medio de alto y un metro de ancho. Parecía recién hecho y estaba muy limpio. 

Cuadro original que es resguardado en uno de las habitaciones del Santuraio
La pintura estaba intacta como si el tiempo nunca había tocado su superficie, por su textura, por sus colores. Le tomé algunas fotos y salimos de allí. Nos despedimos del padre Víctor Hugo  y cruzamos el patio para retirarnos. 

Mientras caminaba  recordé que  el pasado domingo, fue el primer día que había visitado el convento, aquel día muy temprano el padre Víctor Hugo  no pudo concederme la entrevista porque largas filas de fieles, entre hombres y mujeres esperaban la confesión y bendición del hermano franciscano, 

A mi paso encontré a las hermanas clarisas que movían cocina, ollas, alimentos para cocinar y vender  los feligreses  de la misa. Con la venta de la comida ellas reúnen fondos para ayudar a mucha gente pobre. 

Ellas preparan colada, tamales, quimbolitos, seco de pollo.  Afuera, ya salían los feligreses de la misa, algunos se retiraban a sus casa, y tomaron la ruta de la extensa escalinata de 196 escalones, entre ellas, personas permanecían sentadas.Personas muy pobres, esperando una caridad, una limosna, o por ultimo un milagro de la Virgen de la Nube, en este domingo, similar a aquel que llegué por primera vez.
Transporte de servicio público al pie de la escalinata





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